La IBM PC y la PS/2 en la Argentina
Cómo IBM perdió el mercado de las computadoras personales o PCs después de haberla inventado.
Hacia la década de 1980, IBM prácticamente dominaba el mercado argentino con sus poderosos computadoras empresariales y sus sistemas satelitales para sucursales. Las otras marcas que habían competido por ese mercado, especialmente los bancos, se habían ido retirando, quedando como vestigios sistemas que ya se irían quedando obsoletos y que forzarían el cambio a IBM. Atrás iban quedando NCR, Burroughs o Univac que reducirían su presencia en el mercado, salvo casos particulares como NCR en los cajeros automáticos.
Se decía "ningún gerente de sistemas va a perder su trabajo si recomienda IBM". Aunque fuera más caro o tecnológicamente no fuera lo mas avanzado, no había quien se jugara la cabeza por algo que no fuera IBM.
Los bancos tenían lo que entonces llamaban la "mesa de dinero" (puede que sigan existiendo, no soy bancario) que se ocupaban intercambiar con otros bancos dinero para cubrir el día a día, préstamos, que en ocasiones duraban apenas unas horas. En época de inestabilidad financiera, los bancos constantemente jugaban moviendo dinero para ir tras las oportunidades que se le presentaran aquí o allá. Eso permitió que en muchas mesas de dinero aparecieran computadoras personales Apple II gracias a la primera planilla de cálculo del mundo, Visicalc. Muchas veces estas computadoras entraron de contrabando pues, normalmente, la adquisición de cualquier equipo informático requería la aprobación del gerente o director de sistemas, pero las mesas de dinero movían mucha, muchísima plata y ese poder les permitía saltarse las reglas.
A fines de 1981 se lanzó la IBM PC en los EEUU. La noticia no tardó en llegar a la Argentina, al menos a los más jóvenes entre la gente de sistemas que recibía la Byte Magazine, que para ese entonces rondaba las 100 páginas por número, y a propagarse en varios niveles. A diferencia de la Apple II que claramente carecía de un look profesional, la IBM PC no sólo llevaba el prestigioso nombre de IBM sino que realmente lucía profesional. Muchos otros departamentos comenzaron a querer también tener sus PCs propios y la pregunta fue ascendiendo a gerencia que entonces preguntó a su representante de IBM.
En esa época yo trabajaba en una empresa que importaba e instalaba computadoras personales, desde las de 8 bits con procesador Z80 y sistema operativo CP/M y luego las de 16 bits compatibles con la IBM PC. En esa época estaban las financieras que, si bien ofrecían inversiones y préstamos con menor regulación y mayores intereses que los bancos, el negocio principal de muchas de ellas solía ocurrir en la trastienda donde se hacía el cambio de dólares en el mercado negro. Estas empresas no podían permitirse un gran centro de cómputos, ni lo necesitaban, les bastaba con unas pocas PCs.
Así pues, teníamos cierto nivel de contacto con el mundo de las finanzas y nos encontramos que comenzamos a recibir consultas de gente de algunos bancos por las PC para atender esto o aquello. Así fue cómo nos enteramos que IBM no ofrecía la IBM PC en Argentina. No sólo no la vendían al público en general sino que se la negaban a sus propios clientes. Admito que no conozco cuál era la política oficial de IBM Argentina, pero sus vendedores hacían traslucir que le PC era poco más que un juguete para uso hogareño, o excusa similar, básicamente, que no era un producto para una empresa. De hecho, ya lo decía su nombre Personal Computer, no Professional Computer ni Enterprise Computer.
Hay que reconocer que la PC fue, para IBM, un cambio total en su política de desarrollo, venta y soporte. Lo que podía ser un experimento manejable en su país de origen podía ser mucho más complicado para sus subsidiarias internacionales que sólo hacían ventas a grandes empresas. No había producto que no tuviera un equipo dedicado de ventas, entrenamiento, instalación, mantenimiento y soporte. Esto implicaba un gran costo inicial que, seguramente, prefirieron evitar hasta asegurarse del éxito de esa nueva línea de producto.
Así es como pasaron casi dos años. Y perdieron muchas, muchas ventas, porque el resto del mercado, como la empresa para la que yo trabajaba, no iban a esperar que la filial local de IBM se decidiera. Para cuando finalmente lo hizo, había todo tipo de PCs compatibles en el mercado, algunas de calidad a través de distribuidores oficiales de buenas marcas más todo tipo de rejuntes de gabinetes, fuentes de alimentación, placas base, discos y demás elementos de diversos fabricantes.
A esto le debemos sumar la placa de expansión IRMA que permitía a cualquier PC emular una terminal IBM 3270, que era el modelo casi universal de terminal para casi toda la línea, de tal manera que la misma PC podía usarse como tal, con su procesador de texto, planilla de cálculo y demás aplicaciones, y como terminal de los computadores centrales. Todo esto a un costo menor que la propia terminal 3270 que sólo servía para acceder a lo que el computador central ofreciera. Luego apareció la NORMA, una copia no se cuán legal, pero que era mucho más barata y, simplemente, funcionaba.
Aunque IBM finalmente ofreció la PC e hizo buenas ventas, la demora le permitió al resto del mercado de compatibles consolidarse. Aunque las PCs de marcas inciertas pudieran no ser de la mejor calidad, había suficiente de maquinas de buenas marcas que IBM no podía argumentar fiabilidad, falta de compatibilidad o interoperabilidad. Tanto las PCs compatibles como las placas IRMA e incluso la NORMA funcionaban perfectamente.
Además, tenían un ciclo de desarrollo de producto mucho más rápido que IBM. En esa época se hablaba constantemente de la velocidad del clock del procesador, o la resolución de la pantalla, o la cantidad de memoria o la capacidad del disco. La competencia de IBM estaba constantemente sacando PCs cada vez más rápidas y con más capacidad. Y todas usaban el mismo sistema operativo, desarrollado por Microsoft que IBM vendía como PC-DOS y que posteriormente, con ligeras diferencias, Microsoft mismo ofrecía como MS-DOS.
Por eso IBM quiso recuperar ese mercado, al menos en lo que se refería a las grandes empresas, sus clientes tradicionales. De allí que lanzaran la IBM PS/2 (Personal System / 2).
Un modelo con excelente calidad constructiva, no le habían escatimado en el espesor de la chapa, pesaba un montón. Un buen diseño, elegante. Ranuras de expansión totalmente incompatibles con las de la PC y a ser posible todo protegido por patentes que evitaran la clonación. Con esto también eliminaban la competencia de fabricantes de placas de expansión como la ya mencionada IRMA, la placa de video Hércules o placas de red tipo ARCnet (ambas muy baratas y populares) o Ethernet, todo iba a ser Token Ring, sobre lo que IBM tenía innumerables patentes.
Con esto, recuperó el favor de los directores o gerentes de sistemas de las grandes empresas que veían cómo el resto de la empresa se abastecía de PCs a sin su aval expreso pues, pocas empresas mantuvieron el requerimiento de que toda compra informática debía pasar por sistemas. Volvían a tener el control. Y, sí, eran mucho más caras, ¡pero eran IBM!
Pues poco les duró el alivio, ni a los directores de sistemas ni a IBM. Las PS/2 no podían evitar quedarse obsoletas en poco tiempo ante el avance imparable de los muchos fabricantes de PCs compatibles. De hecho, fue Compaq la que lanzó al mercado la primera PC con el procesador Intel 80386. Y renovar esas PS/2 cuando, finalmente, salía un nuevo modelo, salía una fortuna, sin contar el tiempo perdido esperando. Y aunque debían ser compatibles en software, había productos que no funcionaban en la PS/2 pues algunos desarrolladores habían aprovechado alguna que otra característica no-documentada (pero que todos conocían) de la PC o del MS-DOS que ya no funcionaban en la PS/2.
La PS/2 fue el fin de IBM en el ámbito de las PCs de escritorio. Duró varios años más por pura inercia, pero no logró recuperando ningún asomo de liderazgo. Años más tarde sacaría su línea de portables perfectamente compatibles con los del resto de los fabricantes. Finalmente terminaron vendiendo todo el negocio de las computadoras personales a la china Lenovo, que es la marca de la portable en que estoy escribiendo este artículo.