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Comentarios, viajes e historias
Partida
Saliendo del puerto de Vigo
La Ría de Vigo
Vista desde el castillo de proa del barco, aún amarrado al muelle de Vigo, se ve la campana del barco, la ría de Vigo y la orilla de enfrente a Vigo. Se puede apreciar el viento que había en ese momento, el 13 por la tarde, por cómo arrastra las cuerdas, que son bastante gruesas y en lo encrespado de las olas dentro de la ría, que ni siquiera es mar abierto.
Estación Marítima
Una de las atracciones personales de este viaje es que partía de Vigo de donde partieron mis 4 abuelos hace ya más de cien años y también mi padre, de niño, cuando la familia volvió a visitar a sus parientes, así pues soy la tercera generación que parte en buque del mismo puerto, aunque ellos lo hicieran a vapor y yo a vela. El caso es que la estación marítima, de 1959, es posterior a la que ellos conocieran.
La última amarra
Ya en la mañana del 14, aún oscura a pesar de ser las 8 de la mañana y con el viento más calmo, soltamos la última amarra y comenzamos el viaje.
Rumbo hacia el océano
Desde el castillo de proa, con el bauprés (el palo que apunta hacia adelante) en dirección a las Islas Cíes, que cierran la boca de la ría. A la izquierda, las luces del puerto de carga. Se aprecia el agua mucho más tranquila de lo que había estado la víspera, que nos impidió despegarnos del muelle.
Preparando las velas
Cuando se está en puerto o en cualquier ocasión en que no se usen las velas por unos días, éstas se enrollan bien compactas, para que no estén sufriendo el batir del viento. Ahora es el momento de comenzar a soltar las ataduras. Me parece que es Dirch, de Dinamarca, quien está arriba, pisando sobre el marchapiés, la panza sobre la segunda verga del trinquete, el palo de más adelante.
Velas a medio soltar
Aquí se puede apreciar el proceso de soltar las velas, pues se pueden ver varias velas en distintas etapas, algunas atadas, otras parcialmente sueltas y otras totalmente libres. El mástil de la derecha es el trinquete, el de más adelante y se puede incluso ver el radar, protejido dentro de una jaula para que no se enganche con las velas. El segundo palo es el mayor, el del medio y la vela de más abajo, ya completamente suelta, es la mayor. Todas las velas permanecen, sin embargo, recojidas por la jarcia (conjunto de cuerdas) de maniobra. Cuando se navega no es necesario subir a los mástiles para cada maniobra, casi todo se hace desde cubierta.
Detalle del despliege
Se pueden ver las velas mayor y la gavia baja en el palo mayor, esta última aún no totalmente libre, ambas recojidas. El tripulante, cuya cara no distingo, está adujando (enrollando) una de las cuerdas conque estaba atada la vela. Se pueden notar en la vela inferior varios de estos rollos de cuerda colgando desde la verga. El extremo inferior de la vela está izado sobre el extremo de la verga y otras cuerdas (4 en total) la sostienen en algunos puntos intermedios para que no haga bolsa.
Salida del sol en la ría
Todavía en la ría de Vigo, el sol saliendo por entre las nubes, levantando la bruma matinal sobre la costa que dejamos atrás.
Cafecito de media mañana
Nuestro primer café de media mañana a poco de salir a mar abierto. A la izquierda la rueda de timón de popa, delante del mástil de mesana, el primero que se ve, está la rueda de timón principal y el puente, que asoma apenas un medio nivel por encima de la cubierta. Como se ve, la tripulación cuenta con algunas mujeres, a la izquierda Helene, de Dinamarca, una de los tres jefes de guardia, como si fuera un suboficial.
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