vie 5 Ene 2007 |
Cuando los otomanos alcanzaron el poder en lo que ahora es Turquía, tenían un problema interno muy grave, su imperio abarcaba cientos de familias nobles, cada una con privilegios y aspiraciones contrapuestas unas a las otras. El sultán no tenía descanso, mediando continuamente en sus disputas, temiendo constantemente hacerse enemigos si favorecía a uno por sobre el otro. Servir al sultán ofreciendo los hijos como caballeros en su ejército era un privilegio para la familia, pero un problema para el sultán que veía así su corte y su ejército plagado de posibles traidores.