Alguien observó que cuando se abre un grifo que da agua a una manguera, esta se pone rígida o comienza a culebrear. Esto lo saben bien los bomberos que con mangueras de buen diámetro, necesitan varias personas para llevarla. De hecho, si se sostiene la manguera a, digamos, un metro del extremo, apuntándola en ángulo hacia arriba, la manguera se mantendría tiesa un tramo para luego curvarse y caer por su peso. Cuanto más se aumenta la fuerza del agua, más de la manguera se elevará. La pregunta es, ¿cuánto habría que bombear para que la manguera se elevara hasta el espacio?

Dicho así parece absurdo. Está dentro de la categoría de megaproyectos como el ascensor espacial que, según dijera el afamado Arthur C. Clarke, serán posibles “10 años después de que la gente deje de reirse”. El caso es que cuando comienzan a hacerse los números, la cosa no pinta tan mala, especialmente si no usamos mangueras ni agua.

El proyecto real contempla el uso de balas de imanes cerámicos de 10kg de peso dentro de un tubo de unos 15 a 20cm de diámetro compuesto de un material que lo mantenga hermético para que se le pueda hacer el vacío para evitar que las balas se frenen por la fricción contra el aire. Dentro de las paredes del mismo tubo habría unos bobinados tal que la corriente que induce la bala al pasar por adentro induce corrientes en ese bobinado. Estas corrientes producen campos magnéticos que no solo repelen la bala y le impiden tocar el tubo sino que además, hace que el tubo sea arrastrado por la misma bala. Como la bala es lanzada hacia arriba, el tubo apunta hacia arriba. El peso del tubo no es soportado por el tubo mismo sino por las balas que van pasando por dentro, o sea, el tubo no necesita siquiera soportar su propio peso, con lo cual no necesita ser hecho de materiales ultrasofisticados como es el caso del ascensor espacial.

Las balas irían perdiendo velocidad al ir ascendiendo, por lo que seguirían una trayectoria parabólica hasta una altura determinada por la cantidad y velocidad inicial de las balas. El proyecto prevé una altura de 140km pues a esa altura prácticamente no hay cuerpos orbitando dado que la atmósfera, aunque muy tenue, es lo suficientemente densa para frenar y hacer caer a tierra cualquier resto flotante en esa zona. Esto es una gran diferencia con el ascensor espacial que debe recorrer toda la zona en la cual se encuentran millares de objectos potencialmente destructivos.

Dos estaciones de aceleración estarían en tierra, apartadas unos 100km. Cada una de ellas tendría un gran anillo de medio kilómetro de diámetro en que, por medio de potentes imanes, se acelerarían las balas en una trayectoria circular de tal manera que las que vienen de bajada por el cable entran en este carrousel, son aceleradas y vuelven a ser lanzadas por el tubo paralelo. Otro tanto ocurre en el otro extremo. Los dos tubos paralelos se sostienen el uno al otro, aquel en que las balas van de subida sostiene al cable en que van de bajada. Los bobinados en uno y otro se diseñan para que en el de bajada, la repulsión siga siendo efectiva pero no tanto el arrastre, pues en este caso, ese arrastre sería hacia abajo y no interesa.

Las cápsulas, tanto para carga como para pasajeros, usan también bobinados en una suerte de pinza que se abraza parcialmente al tubo de subida. Este bobinado también sufrirá el efecto de arrastre de las balas y según la cantidad de bobinados que se activen, podrá acelerar más o menos. Las cabinas de carga podrán acelerar más, las de pasajeros, tanto como sea saludable para sus ocupantes y las de turismo podrán ser las más lentas pues la gente querrá disfrutar del viaje en sí y las vistas. La cabina podría detenerse en cualquier punto de su recorrido, bastaría regular las bobinas para mantener el efecto de repulsión respecto del tubo (que no podría soportar su peso) pero no lo suficiente para arrastrarla.

Llegadas hasta poco antes del punto más alto del recorrido, la cabina se separaría de la pinza que la mantiene unida al cable, la pinza retorna a tierra abrazada al mismo cable, y la cabina sigue por inercia, su camino ascendente. Dado que la órbita sería altamente elíptica, la cabina necesita llevar unos motores de maniobra para circularizar la órbita una vez llegada al apogeo.

En realidad, si alguien notó el fallo en la lógica, las balas han de ir más rápido que lo más rápido que la cápsula podría ir, de otra manera, no podrían arrastrarla. Y si van tan rápido, habrían de poder alcanzar la misma altura. No lo hacen porque el tubo está anclado y curvado de tal forma que obliga a las balas a descender mientras que la cápsula se separa del tubo y sigue su camino.

El sistema permitiría incluso mantener estaciones permanentes en el punto más alto del cable. Abrazada a ambos tubos, en que las balas van en direcciones contrarias, la estación estaría fija y podría ser alcanzada sin dificultad por cabinas de transporte. Las cápsulas se desprenderían mucho antes de llegar a esta estación, de tal modo que ambos usos serían compatibles (en este caso las abrazaderas de las cápsulas deben viajar con ellas o descender por separado en paracaídas).

Varios pares de tubos podrían operar en paralelo, de hecho, cada par podría ayudar en la construcción del siguiente. Sobre el dicho ascensor espacial tiene la ventaja de los materiales menos sofisticados, la posibilidad de ser instalado en cualquier lugar (el ascensor espacial sólo puede estar en el ecuador) y el tiempo de viaje que es mucho menor. Mientras que en el ascensor espacial las cápsulas van a velocidad alta pero constante, en todo su recorrido de 36mil kilómetros, lo cual hace que el viaje dure varios días, la cápsula en este sistema puede ser acelerada constantemente, especialmente una vez superados los primeros kilómetros donde la densidad del aire ofrece mucha resistencia (a la cápsula, las balas dentro del tubo van al vacío).

Ver: http://www.spacecable.org.uk