Desde Niza nos fuimos con el tren interurbano hasta Cannes, poco más de media hora. Cannes es famoso por el Festival de Cine que se celebra en el Gran Auditorio. Es en este gran auditorio y centro de convenciones, edificado sobre terreno ganado al mar, que se celebra el festival de cine de Cannes

Una de las clásicas fotos de ese festival es la de los famosos entrando o saliendo del mismo por una escalera con una alfombra roja. El ayuntamiento mantiene la alfombra allí, pare beneficio de los turistas. Esta es la escalera por la que las estrellas salen del auditorio donde se presentan las películas en el famoso festival.

Por lo demás, Cannes es un lindo pueblo, con el esquema habitual de las ciudades mediterráneas: una bahía protegida del viento y las olas donde poder fondear con seguridad, una elevación con un fuerte para protegerla también de piratas y también para poder avistarlos a distancia y convocar a la población para la defensa y avisar a los pequeños botes que pudieran estar en la vecindad, pescando o transportando mercadería, para que se acerquen al amparo del fuerte. Así es Sitges, Niza, Cannes, Mónaco y muchas otras.

El otro modelo de ciudad es la romana, como lo es Barcelona (Barcino) o Empuries, pues los romanos eran más soldados de tierra que marinos y sus poblaciones, los ‘castros’ se situaban algo alejados de la costa, en algún lugar llano, con una planta cuadrangular con avenidas principales llegando a las puertas en el medio de las cuatro caras de la empalizada. Para ellos, los barcos eran transportes, pero la guerra se hacía de a pie.

Volviendo a Cannes, bajo el viejo fuerte se encuentra el puerto, ahora deportivo, y de allí en más se extiende la playa. A diferencia de la de Niza, la de Cannes es de arena, por lo que el agua tiene un color más opaco por la arena en suspensión. En Francia sí existen las playas privadas, por lo que muchas de ellas no son accesibles (se puede transitar, pero no permanecer).

El paseo costanero es muy lindo, amplio y rodeado de impresionantes hoteles. El diseño de la ciudad responde a la forma de hacer turismo de cuando se popularizó. La gente no se pasaba tanto tiempo en la playa. Se acercaban al mar por el fresco, la luz y el aire, lejos de las ciudades hacinadas y hediondas y el entretenimiento era básicamente ver y ser visto al caer la tarde por los elegantes paseos. Lo que se dice ‘la vuelta del perro’ pero con perros de raza, caniches o algo así.Uno de los tantos hoteles que adornan la costanera, este del más clásico estilo.